El lunes 26 y el martes 27 se realizó en Fundació Alzheimer Cataluña una experiencia piloto reminiscencia para profesionales del ámbito de las personas mayores con respecto. Esta experiencia nace de la Xarxa Europea de reminiscencia (The Europe reminiscence network) comandada por la enérgica Pam Schweitzer. Esta Red Europea nació en 1993 y tiene como objetivo compartir experiencias entre diferentes países y culturas en relación al trabajo con la reminiscencia y a la vez promover las buenas prácticas del trabajo en reminiscencia.
El trabajo en reminiscencia, si bien lo había abordado en el posgrado de Expresión-Comunicación, con «nombre propio» lo conocí a través de Raul Vilar (educador social, responsable de la ong Amics de la Gent Gran de la delegación de Barcelona y de Santa Coloma de Gramanet) . Recuerdo que por casualidades de la vida lo tuve de coordinador en unas suplencias en casales de gent gran y que despedía un proyecto, largo con la fundación Pere tarres. Volví a coincidir con él y con Javier Irujo (trabajador social en la Fundació Enllaç, entidad que tiene como misión proteger el bienestar de las personas #LGTBI y de su entorno en situaciones de vulnerabilidad y dependencia).
Al cabo de poco me llamó para decirme que se iniciaba el proyecto piloto para realizar la formación en Reminiscencia que él ya había realizado directamente con Pam Schweitzer en Inglaterra. Poco antes me había mostrado videos y me explicaba, con entusiasmo, lo importante que para él era esta formación y lo interesante de poder hacerla extensiva al mayor número de personas, para que el trabajo con personas mayores fuera lo más rico posible.
Ha sido una experiencia muy grata. En primer lugar porque las personas que formaban parte del grupo provenían del ámbito de la psicología, el trabajo social, y la educación social. Eso ya de por sí hace que el trabajo sea interesante puesto que se pueden intercambiar puntos de vista entre distintos profesionales.
En segundo lugar la dinamización de la formación ha sido muy natural, espontánea y cercana. La estructura que pretendían mostrar era compleja ya que es un taller sobretodo vivencial, pero había contenido teórico, que se ubicó más hacia el final. Ya se nos advirtió que era una pequeña introducción a la reminiscencia y que para poder obtener el título sería necesario realizar, como practicantes, un taller de reminiscencia de ocho sesiones, preferiblemente en un centro de dia, geriátrico o institución dónde hubiera personas mayores.
En cuando al caso práctico, parto con ventaja debido a mi experiencia en el taller Viatge d’anada i tornada que aunque yo nunca lo llamé reminiscencia si aparecen elementos que tienen algo en común con lo trabajado:
- El objeto simbólico
- El objeto como evocador
- El recorrido simbólico (a través de experiencias sensitivas, sensoriomotoras, cognitivas)
- La atención centrada en la persona (importancia de la persona y no tanto de su patología)
- La dramatización, improvisación e instalación (el juego como elemento relacional)
- La interrelación de distintaos lenguajes: como pueda ser expresión plástica, corporal, expresión dramática, expresión musical
Lo interesante del taller de reminiscencia es esa adaptación que realiza el/la tallerista siempre con revisión a la situación de cada persona que hay en el grupo. Esa adaptación es fundamental con personas que tienen algún tipo de dificultad.
Ahora si, yendo a la parte del taller, he disfrutado sobretodo la parte de confección de una rudimentaria caja de vida. Una caja de vida vendría a ser una construcción simbólica a partir de fragmentos, objetos o collage de la biografía de una persona. Es la creación de un objeto que me parece sumamente interesante y que en una propuesta de arteterapia sería difícil de llevar a cabo porque es en primera persona. (Y en arteterapia no se trabaja directamente con lo real de la propia vida biográfica).
Me resulta muy interesante dignificar a las personas, diciendoles que la experiencia subjetiva, la vivencia de lo que han vivido, los materiales que han escogido (o la música, distribución, etc.) es importante. ¿Porqué? Porque son ellos y ellas quienes escogen, quienes deciden destacar un aspecto u ocultar otro.
Además aparece el juego a través de la improvisación como elemento cohesionador, y el salirse de los propios roles (para aquel que pueda y quiera) son sumamente interesantes. En las propuestas de improvisación se han recreado etapas de la vida, como pudiera ser una boda, la primera comunión, improvisar cómo era un determinado trabajo o describir caminando cómo era la primera casa dónde vivimos.
Ya no se trata de entretener personas mayores ofreciéndoles «plástica infantil» (ya realicé un artículo dónde criticaba el acompañamiento en algunas residencias de personas mayores) si no que se trata de cocrear con las personas mayores. Con cada persona mayor. Se utiliza un rol implicado por parte del dinamizador, que es el primero en jugar, proponer, improvisar, etc.
Por todo ello agradezco a Raül Vilar a Duna Ulsamer y a María del Hoyo por haber contado con mi presencia y por haberme invitado a esta prueba piloto. Espero que puedan continuar con el proyecto de la Xarxa de Reminiscencia Europea, para que así los talleres de reminiscencia puedan llegar a todas las personas, sean de centros de día, de residencias, de casales, centros cívicos, etc.