La envidia es una emoción que muchas vece se considera poco sana. También la envidia es uno de los siete pecados capitales. Pero la envidia para mi es una emoción muy sana e interesante para la creación.
Muchos niños cuando dibujan, se fijan tanto en lo que realizan los adultos, como en lo que realizan otros niños. El afán es copiar, imitar, emular lo que otra persona que consideran más interesante realiza.
No solo los niños, cuanta cantidad de productos visuales, películas, etc. copian, emulan o realizan guiños de escenas, diálogos, estereotipos, etc. Cuántas de estas tramas de las películas tienen su origen en los mismos mitos griegos, en pasajes de la Biblia, fábulas…
En una época en que la copia, la reproducción y la difusión de imágenes, videos, textos y elementos interactivos, en la época de los programas p2p, de la difusión online, etc. Tenemos un sinfín de imágenes y de estímulos, un grupo heterogéneo de significados, significantes, metáforas y metonimias, organizado a partir de un gran caos escénico y casi metafísico.
Estando en el museo de BBAA de Bilbao me encontré con la artista Susana Talayero.. Me quedé obnubilado con sus creaciones, y no solo eso, con su disposición en el espacio. Me llamaron la atención sus personajes, sus trazos, los materiales que usaba. Había colocado su material como si de un inmenso estudio se tratase, acumulando las obras no solo en las paredes, si no en el suelo, encima de mesas, etc.

Estando ya en la tienda del museo me encontré con varios fanzines de la artista, fanzines muy interesantes que estuve a punto de comprar, pero que por falta de tiempo no lo hice.
Pero me llevó a la reflexión ¿Y si de mi experiencia de viaje puedo realizar un fanzine? Y si utilizo un soporte similar y realizo una creación. No tanto para realizar un mismo proyecto que ella, si no para aprovechar la experiencia y mirarla desde otro punto de vista, el mío, pero reconociendo el motor de origen en la obra de Susana.
Explorar a partir del hilo que me ha conectado de la obra de otro. ¿Quizá fuera envidia? En los grupos de arteterapia suele suceder que hay miradas de los unos y de los otros, y las obras de los demás, por lo general suelen tener más valor que las propias. Además cuando una persona utiliza un material de determinada manera, que por uno mismo no hubiera pensado que pudiese haberse así, existe la tendencia a repetir y emular eso que ha agradado. Forma parte de la exploración y ampliación de los propios recursos.

Por eso tengo en cuenta la envidia como motor de creación, ese deseo de ser como lo que hace el otro, y a la vez ser valorado. Ese motor que nos hace desear más y querer alcanzar lo que los demás parece que han alcanzado.