De la fotología a la arteterapia

Hace unos años realicé el master de artes visuales y educación en la Universidad de Barcelona (si estás interesada/o en la página web general de la formación puedes consultar este enlace).

Allí, además de conocer a Fernando Hernández, pude especializarme en la concurrencia entre las artes visuales, la educación y el construccionismo. Para mí fue una formación integral, que me permitió ampliar la mirada, ser más crítico y contemplar la investigación des de un lugar interrelacional.

Dentro de la formación conocí a José María Barragán, que impartía la asignatura Educación Artística, Perspectivas Críticas y Práctica Educativa Hablando con él, me recomendó si tenía la oportunidad de leer la tesis de David Vinuales. Esto se debía a que sabía de mi interés por la arteterapia, y él mismo había dirigido su tesis.

Pasó el tiempo, y finalmente no consulté la tesis, pero seguía resonando el nombre de David.  Hace poco, navegando por una conocida web de compra online, vi que estaba disponible el libro del camino de la Fotologia.

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No soy una persona especializada en fotografía, aunque como todo ser mortal, me gusta fotografiar objetos, personas y espacios. Me interesa la fotografía como experimentación, para realizar collagge, crear texturas, y sobretodo en su aspecto de postproducción: poder cambiar los colores, perspectivas, añadir texto, incluirla en una edición de video… Pero me faltaba encontrar la manera para llevarlo al territorio de la arteterapia.

Estoy acostumbrado al trabajo que maneja distintos lenguajes artísticos, especialmente la plasticoterapia, la escritura y el movimiento, pero no he profundizado en las posibilidades de la fotografía.

Como bien sabido es en arteterapia, uno de los ejes importantes, es el acompañamiento con una técnica que el/la profesional domine. Va a ser complejo que pueda acompañar a una persona mediante la fotografía, si yo mismo no conozco su funcionamiento tanto técnico como expresivo. Además, como arteterapeuta, se torna fundamental la actualización y realización de procesos de investigación creativa.

Ahora bien, hay una peculiaridad en la fotografía, y que aparece resaltado en el texto de Fotología, que es la universalidad de la imagen. Hoy en día casi cualquier persona dispone de un smartphone, y esto brinda la posibilidad de fotografiar (y ser fotografiado). De hecho, las cámaras compactan han dejado paso a smartphones con una buena calidad fotográfica (más allá de las limitaciones obvias del dispositivo). Además de las innumerables fotografías que acontencen en las redes sociales, aparecen aplicaciones de postproducción para cambiar el formato, el color, la exposición, etc.

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¿Qué es lo que aporta la fotología a la arteterapia?

Una visión des de un marco narrativo, fenomenológico (incluso existencial) que enfatiza la fotografía, como un lugar de significado, una manera de explicarse el mundo y a si mismo/a. Como ese objeto/artefacto fotográfico, tiene múltiples miradas, matices, diálogos… que hablan de quién fotografía, y su marco cultural e identitario.

¿Fototerapia o fotología? 

Casi desde el inicio del ensayo de Fotología, se plantean la distinción con la fototerapia. No lo plantea cómo algo dicotómico, si no como un nuevo espacio que amplía la fototerapia.

Siendo una de las principales diferencias el hecho que desde la fotología es posible adquirir conocimiento tanto sobre si mismo/a como del mundo y como una forma de pensamiento. Ya que en cada fotografía o acto de fotografiar la persona deja su huella, su cultura, su lenguaje, su emoción…

Estoy haciendo un resumen muy burdo e interpretativo del texto. Recomiendo para una mayor profundidad la lectura del mismo.

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¿Cómo adaptar la fotografía a la arteterapia?

En Internet hay muchísimas dinámicas para incluir la fotografía como investigación, creación, punto de inicio, resumen, recuerdo, etc. En cuanto a actividades de pretexto se pueden usar:

  • Banco de imágenes de diferencias tonalidades cromática
  • Banco de imágenes de abstractas
  • Banco de imágenes de personas, acciones, objetos, animales, espacios, lugares…

En cuanto a imágenes, además de poderlas encontrar en revistas, diarios, etc. se pueden encontrar en páginas de Internet y redes sociales.

Esto sería una actividad de la que partir, pero una vez iniciado el proceso de creación, lo interesante es que la persona sea productora de su propia identidad:

  • Recorrido fotográfico de los lugares que visita la persona
  • Objetos que toca en su día a día
  • Aquello que ve cuando mira hacia arriba (cielo, techo de un vagón de metro, plafones, lámparas, árboles, nubes…)
  • Lo que hay a sus pies (tierra, flores, cemento, baldosas, agua, charcos, grietas, agujeros…).

Con cualquiera de estas propuestas, se puede generar un álbum, un artefacto, una caja, forrar objeto con esas imágenes, realizar collage, etc.

Las propuestas pueden ser casi infinitas, y el contactar con lo genuino, lo propio y generar un nuevo discurso aumenta la potencialidad de la persona y una resignificación de su estar-en-el-mundo.

En la página web de David Viñuales, podéis encontrar tanto información de su libro, como cursos que realiza de fotología :

http://davidvinuales.org/